Life is Strange, obsesión por la fotografía.

Existen ese tipo de videojuegos que sin saber mucho de él, lo necesitas de una manera irracional. Lo ves por todas partes como si nadie los quisiese, y empiezan a caer su precio mes tras mes como si estuviesen ocupando un espacio vital para seguir vendiendo lo mismo de siempre. Life is Strange es de esos juegos que desbancan a sus similares con solo echarle unos minutos.

Dontnod, creador de «Remember Me», nos trae esta aventura gráfica al estilo ya conocido por «Telltale Games» o lo desarrollado por «Quantic Dream», siendo a este último al que más semejanzas le encuentro, dado que las decisiones que tomemos serán de especial relevancia en ciertos momentos de la historia, empatizando de manera más íntima con el jugador.

Life is Strange esta desarrollado de forma episódica, tal como fue lanzado a lo largo de 2015 en 5 partes y como si una serie de televisión se tratase viviremos la historia de Max y Chloe, amigas de la infancia separadas por motivos mundanos que se reencontraran en el momento más crítico de sus vidas cuando Max decide volver para estudiar en una prestigiosa escuela que se encuentra de donde ella es oriunda.

Con esta premisa, el juego nos propone un título en el que Max posee el poder de volver en el tiempo, y con ello tomar las decisiones que nos parezcan correctas, aunque no todo resultará tan sencillo. En muchas ocasiones, cuando tomemos estas decisiones la propia Max se preguntará a si misma si esta haciendo lo correcto, creando al jugador la sensación de no saber nunca si toma o no el camino correcto.

Aunque quizás lo que más me haya impresionado, es la búsqueda continua de la instantánea.

En ciertos lugares, Max puede sentarse a relajarse, gracias a las luces que ofrece el motor Unreal Engine 3 modificado para la ocasión, se crean una serie de atmósferas preciosas en las cuales podemos recrearnos incluso durante minutos. Puede resultar extraño, pero es impresionante ver a Max descansando sobre un árbol observando al resto de compañeros de escuela, y así se presentarán diferentes escenas para el deleite del jugador.Realmente en todo el desarrollo de la historia se puede observar esta faceta. Se ve perfectamente el trabajo de Dontnod en este aspecto, en el que sin ser unos gráficos ultrarrealistas, uno se queda asombrado de las escenas representadas.

 

Life is Strange hizo que me conmoviera, algo que no puede decir cualquier título, y es desde luego una de las mejores experiencias que he tenido en mucho tiempo. Como aventura gráfica su dificultad es insignificante, siendo el videojuego un elemento narrativo en si mismo mas que un juego, ridiculizando a desarrolladores de aventuras gráficas tan famosos como «Telltale Games».

En definitiva, un videojuego más que recomendable para tomarlo con calma, y disfrutar cada recodo de él. No tenerlo en el futuro en tu estantería podría ser un error, y la cantidad de plataformas para las que esta disponible como PS3, PS4, Xbox360, Xbox One o PC, no te dan excusas para perdértelo.