Análisis: Super Castlevania IV. Simon Belmont cara a cara con Drácula

A finales de Septiembre de 2017 aterrizaba, en nuestro hobby favorito, la Snes Classic mini. En el interior del pequeño vientre de esa consola tan bonita nos aguardan 20 de los mejores títulos de Super Nintendo como ya nos contase Ivelias anteriormente. Uno de los grandes de esta lista es, sin duda alguna, Super Castlevania IV.

Empecemos por el principio. La leyenda dice que cuando pasa un siglo, las fuerzas del bien se debilitan y las malignas se aferran a nuestro mundo tomando la forma de uno de los seres más temidos en la tierra, el vampiro Drácula. Este revive y crece más y más fuerte cada vez que lo hace.

Su objetivo no es otro que el de gobernar el mundo con puño de hierro y se cree que, en próximas apariciones pueda volverse invencible. Pero como ocurriera en las historias galas de Goscinny y Uderzo, hay un grupo de personas que durante generaciones, ha estado presente en cada vuelta del maligno y han conseguido derrotarlo una y otra vez, transmitiéndose así los secretos y las habilidades de cazavampiros de manera que siempre permanecen preparados. Este clan no es otro que la familia Belmont, y siempre salen victoriosos.

Transilvania, después de que los Belmont vencieran a Drácula a latigazos, disfrutaba de 100 años de paz y tranquilidad y se acerca la pascua. En secreto, un grupo de personas celebra una ceremonia oscura en una antigua abadía para revivir al Príncipe de la Oscuridad. Un rayo cae sobre la abadía destruyéndola, y así una vez más vuelve a ocurrir ¡Drácula ha revivido!

Armado con su famoso látigo «Vampire Killer», Simon Belmont va en su búsqueda en el momento en que Drácula se está haciendo muy fuerte tras revivir sabiendo que, una vez más, tendrá que enfrentarse al coraje, la valentía y la experiencia de la familia Belmont. En este momento, tomamos el control de Simon.

 

En 1991 a Japón y en 1992 a Europa y Estados Unidos, llegó el primer juego de Castlevania para la de 16 bits de la compañía nipona de la mano de Konami, en concreto de la mano de Masahiro Ueno aka Jon Furano. Gráficamente es puro músculo del cerebro de la bestia, destaca de manera notable por el uso de efectos tridimensionales, detalles y efectos gráficos usados en los escenarios y por la variedad de colores utilizada ya que puedes ver desde los colores más oscuros, hasta los más colores más brillantes. Además, este fue el primer juego en implementar la característica del «Modo7» de Super Nintendo. En pocas palabras, exprimió completamente el hardware de la máquina.

En el aspecto sonoro, decir que la música se reproduce a lo largo de todo el juego como un compañero más de la aventura que completa la escena. A estas alturas, hablaros de lo magnífica que es la banda sonora de los Castlevania en general, es fácil simplemente viendo las listas que hay y el éxito que tienen todos sus títulos. Por esto, os diré que el chip sonoro de la consola también se pone al rojo vivo mientras reproduce estos temazos y que, probablemente, sean los mejores sonidos y efectos sonoros que haya escuchado en la consola. El sintetizador es sencillamente genial,  os destaco el momento en el que suena «Theme of Simon» en la batalla final, en serio, vellos de punta.

Como en otros juegos de la saga, puedes usar armas secundarias y mejorar la que tienes entre objetos del juego. Las armas secundarias tienen como munición los corazones que vas recogiendo a base de destruir escenarios y enemigos (la primera vez que jugué a uno pensaba que era la vida. Merezco lo peor, lo sé). En este juego hay una diferencia en cuanto a la jugabilidad se refiere ya que, normalmente para disparar las armas secundarias tienes que pulsar «cruceta arriba» y «disparo» sin embargo, en este juego el arma secundaria está en otro botón diferente (por defecto «R») haciendo que puedas dirigir el látigo en múltiples direcciones. Claro, esto da mucho juego, puedes acceder a objetos que no llegas con normalidad, cambiar la forma en la que derrotar algunos enemigos e incluso utilizar el látigo para cogerte a salientes y balancearte. Parecía algo nimio y sin importancia, pero este detalle llena de riqueza el juego.

 

Otro punto a destacar en la jugabilidad es que, a diferencia de otros juegos de la saga, puedes redirigir el salto en el aire aunque de manera limitada. Claro, esto permite tener mayor versatilidad a la hora de esquivar o incluso alcanzar a ciertos enemigos que de otra manera no sería posible y sí, tal y como estáis pensando, esto hace que los enemigos sean más frecuentes y con técnicas más difíciles de esquivar. Por un lado te dan y por el otro ¡te dan más todavía!

Es un juego de plataformas de corte clásico que no es sencillo pero si atractivo y divertido que además, es continuación directa del segundo título de la saga «Castlevania: Simon’s Quest». Como ya hice en otro juego de la saga que traje al blog, vuelvo a advertir a los jugadores que si se frustran con facilidad, tengan paciencia ya que merece la pena y mucho.

Llevo muchos años escuchando hablar de juegos de Castlevania de la boca de Peperro Belmont, quién nos trajo Symphony of the Night al blog hace unos meses y fue en ese momento cuando me recomendó jugar este Super Castlevania IV. Debo decir que lo he disfrutado muchísimo y que ha sido toda una experiencia. Tal como me pasó con Drácula X Chronicles, he estado muy volcado en el juego de principio a fin, y esta absorción pasajera machacando botones matando criaturas malignas, me encanta. Me hice con una rom en castellano, traducida por eduardo-a2j, no lo veo obligatorio pero siempre que puedo y si existe la prefiero. ¡Gracias a la comunidad!

Consejo de amigo, si dejáis pulsado el botón del látigo, podréis manejarlo a vuestro gusto dando vueltas sobre un mismo punto. De esta manera haréis menos daño pero os salvará en más de una ocasión de algún ataque fugaz por parte de algunos enemigos, en serio, trastead con esta habilidad que os salvará de más de una.

Su duración vendrá a ser de unas 4 horas en función a la habilidad que tengáis. El juego consta de 12 fases con duraciones y estructuras diferentes, no encontrarás lo mismo durante mucho tiempo haciendo que todo sea más ameno y que el avance de niveles sea una recompensa otorgada por cada jefe final. Eso sí, para mostrarnos las fases y el recorrido a seguir, han tenido a bien incluir un precioso mapa de la fase que me encanta, soy super fan de este tipo de mapas para la carga y en este juego lo han cuidado con mimo y se nota, no perdáis detalle al mapa.

Os dejo una galería de imágenes para vuestro deleite y disfrute:

 

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Combinación de niveles fáciles y difíciles, látigos, plataformas, muertos vivientes, monstruos extraños, pixelacos gordos y banda sonora espectacular. No se me ocurre que más se puede pedir a un juego. Te echaré de menos Simon Belmont, sin duda volveré a tocar otro título de la saga, tal vez el que nos recomendó Ivelias.

¿Y tú? ¿Matas vampiros a latigazos?

¡¡¡Nos vemos pronto!!!