Si, se que esto es raro, pero estoy jugando por primera vez en mi vida de manera muy intensa a un juego para smartphones. Y es que llevo muy mal eso de las pantallas táctiles, me resultan poco ergonómicas, y además nunca he encontrado un título que me mantuviese pegado al teléfono. Puede que sea la nostalgia de MMO’s de otra época, pero Lineage 2: Revolution captó mi atención desde el primer minuto hace unos meses cuando vi un video de gameplay en alguna página de noticias del mundillo.
Al poco del lanzamiento en Europa distintos amigos empezaron a jugar, y sin darme cuenta, al poco me lo había descargado para iOS y estaba jugando como un poseso. Pero la realidad es que durante estas dos semanas de juego me he encontrado con sensaciones enfrentadas respecto al juego.
El tutorial te transporta directamente al fragor de una multitudinaria batalla, que si bien demuestra portento gráfico, llega a aburrir ya que se para demasiado en las mecánicas de juego más sencillas del planeta, pero que puedes disfrutar dejándote de llevar y no pensando en lo tedioso que es este tipo de enseñanzas para los menos avezados. Al poco de terminar te lanzan directamente al lío: es hora de hacer misiones/quest y farmear mientras vas viendo como se van desenmascarándose nuevos modos de juegos, mientras vas viendo como tu personaje va evolucionando muy rápido gracias a nuevos ataques y subidas de nivel cada poco tiempo.
Antes de nada pedir disculpas si este tipo de gratificaciones están extendidas de forma estandarizada, pero lo primero que me ha chocado es que no paras de recibir objetos en el buzón por todo: ¿que vas a hablar con un tío?, regalito. ¿Que Juanito te dice que hables con Fulanito que está a 1 metro tuya? pues un regalito más. Y así hasta el infinito. Es más, te llevas parte del juego entrando en el buzón para picar en los nuevos objetos que has ido consiguiendo en muchos casos con poco o ningún esfuerzo, y que además te hacen gestionar el inventario por que es inviable poder almacenar tantos objetos.
Obviando este tema de las retribuciones, otro aspecto que me ha chocado es que en realidad la mayoría del tiempo se juega en automático, vamos, que con el personaje vas señalando que misión quieres que haga y va a ello, se enfrenta con los monstruos que hagan falta, y se vuelve al lugar donde recibe la recompensa, aunque puedes decidir hacerlo todo por tu propio pie y hacerlo todo de manera manual, pero iras dejándolo poco a poco que se vaya moviendo sólo el personaje por ahí de un lado a otro. Por suerte el apartado gráfico es espectacular, y mientras vas viendo como se enfrenta tu personaje a todo tipo de bichos, los ataques y magias de tu avatar hacen todo un espectáculo de luces y cifras que vuelan por la pantalla.
Como os he dicho mientras tu personaje va subiendo de nivel casi solito, también se van desbloqueando nuevas funciones, como el inevitable modo Arena para enfrentarte a otros jugadores y luchar por el puesto más alto posible, o distintas mazmorras y modos de juegos en los que puedes recopilar adenas (la famosa moneda de Lineage), experiencia o incluso esencias para subir el poder de tu personaje, todo esto por supuesto limitado por tiempo… en la gran mayoría de casos a 24 horas.

Y es que llega un momento que si le das mucha caña al juego durante el mismo día, ves como tus posibilidades de ascender en los niveles o en puntos de combate van reduciéndose, viendo lo mejor es abandonar el juego hasta el día siguiente para que se restablezcan las mazmorras, las arenas, misiones diarias y semanales, que son lo que realmente hacen que subas de nivel sin contar con el modo historia, que por cierto está muy bien llevado con pequeñas partes en videos.

Aunque he dicho que lo mejor es abandonar el juego hasta el día siguiente, aquí es donde los desarrolladores meten la patita para pedir la pasta, ya que pagando ciertas bonificaciones y objetos, puedes ampliar tus posibilidades para avanzar o hacerte más poderoso en el menor tiempo o esfuerzo posible. Y es que aunque el juego es completamente gratuito, se ve a leguas que este frenazo está más que estudiado para que soltemos la guita, que ojo, no puedo criticar por su formato Free to Play y no obliga en absoluto ni induce demasiado a este hecho, y menos con los precios tan altos que tienen según que objetos.

Aunque parezca una crítica total muchas de mis palabras, debo deciros de nuevo que estoy enganchado hasta la médula gracias a que juego muchas veces en equipo o con el clan para hacer misiones especiales o subir de nivel en grupo, algo muy entretenido y divertido, y aunque a partir de nivel 30 se sube con menor rapidez, ves que pese a esto tu personaje se hace mucho más fuerte en cuestión de uno o dos días, o incluso horas si sabes montártelo bien.
Por ahora con lo que llevo jugado, os recomiendo que os lo descarguéis para probarlo, es gratis y además luce muy bien en la pequeña pantalla del móvil, eso sí, ¡os recomiendo que os unáis a un clan en cuanto podáis para disfrutar lo más rápido posible de las virtudes de jugar en compañía! Ya os contaré en el podcast más adelante si sigo dándole caña, o sin embargo acaba relegado a un segundo plano.
Las imágenes han sido tomadas con un Apple iPhone SE
2 comentarios sobre “Ivelias Random Access: Impresiones tras dos semanas de juego en Lineage 2: Revolution”