Vamos a empezar estos análisis escritos de forma conjunta con una auténtica leyenda, un juego de esos de los que marcan época y que se clavan en el cerebro nada más lo probabas a los mandos de una recreativa. Hablamos nada más y nada menos que de Sunset Riders, un título de Konami lanzado para arcades en el ya lejano 1991, y durante años sucesivos para SEGA Mega Drive y para Super Nintendo, en versiones lógicamente más modestas pero que cumplían conteniendo la acción y el humor a raudales.
Ivelias Zero
Siendo sincero no recuerdo cuando fue la primera vez que jugué a Sunset Riders. Si ahondo en el fondo de mi memoria llego a la conclusión de que siempre estuvo ahí, entre las máquinas que me gustaban y que jugaba de vez en cuando. También recuerdo que nunca llegué a terminármelo en los salones. Una de las cosas que siempre me llamaron la atención era la posibilidad de jugar 4 personas a la misma vez… ¡pero siempre me la encontraba en recreativas que eran para 2 jugadores! Las posibilidades de jugar en compañía de mi primo o el que se prestase a soltar sus preciados cinco duros para jugárselos en una partida formando parte de un dúo creado para matar a todos los pistoleros que se cruzasen en nuestro camino era algo más que tentador.

Empezar el juego y ver como los enemigos aparecen por todas partes, que puedes entrar en las puertas que encuentras por el camino con reconfortantes recompensas como el beso de una preciosa dama en lencería, y al poco de salir de una de ellas encontrarte corriendo a lomos de decenas de lo que parecen toros sin parar de disparar a todo lo que se ponga por delante y poco después encontrarte con el jefe, Simon Greedwell, a quien le cae una lluvia de plomo incesante hasta que cae gritando «BURY ME WITH MY MONEY».

Después de una fanfarria y la correspondiente suma de puntos, nos presentan el siguiente cartel de quien debe morir para recibir otra recompensa, y así hasta 8 veces en total, en una sucesión de niveles de una diversión llevada al extremo y que cualquier jugador que se precie no debe dejar pasar si nunca lo ha probado, y si ya lo has hecho, merece una visita cada cierto tiempo para rememorar este título por el que el tiempo sólo lo ha tocado para crear un mito, otro de tantos de la Konami de la época.

Cabesa Freeman
Cuando empezamos con el blog, mi amigo Carlos nos propuso traer Sunset Riders en forma de análisis, inmediatamente Adrián y yo supimos que íbamos a hacer una sección de juegos para dos jugadores. No encontramos mejor manera que empezar con una de las primeras peticiones (de muchas todo sea dicho) que llegaron a The Past Is Now.

Recuerdo muchas cosas de los salones recreativos, era un asiduo ya que afortunadamente en el pequeño pueblo costero donde me crie había dos. Recuerdo el sonido de las monedas de la riñonera del encargado y como soñábamos con que se le cayera una moneda. Recuerdo como procurábamos llegar los primeros al abrir por la tarde, cuando estaban encendiendo las máquinas siempre le metían algunos créditos para ir calentando y si andabas espabilado, podías jugarte una buena partida o un doble.
Recuerdo el olor a tabaco, los calambres de las máquinas, reconocer un sonido de un juego concreto, las latas de coca cola, el «¿te lo paso?», walkmans, camisetas de los Knicks, la máquina del After Burner y como no, el juego de los vaqueros al que muchos le decían «el del mejicano».

Cuatro vaqueros de diferentes colores que van cobrando recompensas de carteles de «Se Busca» ciudad en ciudad, estos son los protagonistas del juego que hoy se sube al blog.
El viejo Oeste no es un escenario muy común de juegos en cualquier ámbito, no obstante, funciona bastante bien e incluso en la época de las recreativas era agradable ver una partida de estos cuatro cazarrecompensas resolviendo las mecánicas de cada uno de los enemigos al final de cada uno de los niveles por los que te llevará esta aventura. Os recomiendo encarecidamente que lo juguéis si queda alguien por jugarlo, el juego es tipo scroll horizontal que se deja llevar muy bien, buenos gráficos y buenos efectos sonoros (me vuele loco desde pequeño)

Rememorar estos recuerdos con uno de los juegos de mi infancia con mi compañero de blog, es algo que he disfrutado muchísimo y que ha conseguido refrescarme la memoria.
En la partida hemos usado todos los clichés que se dicen que funcionan en las partidas de dos jugadores, hemos cubierto los dos flancos por si se colaba alguien, hemos intentado separar las armas dobles y las extra potencia para que los dos estuviéramos armados hasta los dientes, aunque en el Oeste Americano, nunca es suficiente…
Aunque la mayoría del tiempo nos han funcionado, en momentos determinados hemos perdido un poco esa «sincronización» y se han dado las situaciones más divertidas de la partida, momentos en que no sabes cuál de los dos protagonistas es el tuyo con seguridad y eso, juega demasiado en nuestra contra.
Atentos a los disparos, en ocasiones es mejor esquivarlos por la pantalla que meterte en el meollo. La pantalla se llenará de tiros combinados con explosiones de dinamita, la habilidad para moverte por el entorno a la vez que impactas en los enemigos será tu principal carta, no tengas prisa por avanzar sino por evitar que te alcancen.
Tengo que reconocer que preparar esta sección me ha gustado por el hecho de compartir la afición con Ivelias y traer juegos desde otro punto de vista completamente diferente. Te animo a que hagas lo mismo ya que Sunset Riders es un juego con el que disfrutar con un compañero o amigo en el que intentar sobrevivir será una tarea bastante ardua.
Consejo: En una estampida, ¡Corre por el lomo de las vacas!

Y tú, ¿recuerdas cuando disparabas tu revólver sin cesar?
Recuerdo llegar a ver, bastantes años despues del 91, en un bar random de barrio, la version para cuatro jugadores y quedarme con la cara desencajada. La pena que nadie mas quiso jugarlo.
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