Creo que ya en alguna ocasión he contado en el blog que mi primera consola fue una NES. Aunque la tuve tarde (de hecho ya estaba la Super Nintendo en el mercado), le di mucha caña durante muchos años como si fuese la única consola que existía en el mundo.
En esos años un día cualquiera una tía mía le dio por dejarme varios juegos que no había probado por entonces, cosa que era muy de agradecer por que no disponía de muchos juegos, aún no tenía amigos que tuviesen otras consolas, y tampoco mis padres tenían capital como para poder comprar juegos nuevos cada cierto tiempo.
Entre ellos apareció Burai Fighter, un juego desarrollado por TAXAN (creadores también del magnífico Low G Man) y lanzado durante 1990, en el que nos ponemos en la piel de un héroe del cual no dan detalles, pero si sabemos que luchará en solitario contra los Burai, una raza mitad monstruo y mitad robot que durante el último milenio han estado invadiendo el universo, y si no lo detienen, acabaran consiguiéndolo.
Existe de este mismo juego otra versión para Game Boy llamada Burai Fighter Deluxe, el cual es un port calcado del original de NES salvando las distancias del hardware, y otra versión muy posterior para Game Boy Color al cual le cambiaron el nombre por Space Marauder. No esta claro el motivo por el cual cambiaron el nombre, pero si tenemos en cuenta que el desarrollador de esta versión fue KID, creadores del amado y odiado a partes iguales Pepsi Man, cualquier cosa viniendo de ellos carece de sentido. Pero benditos sean.
Hablando del título en sí, nos encontramos ante un shoot em up de scroll lateral tanto horizontal como vertical, y nuestro personaje podrá moverse y disparar en todas direcciones, ofreciendo una libertad total tan mortífera como letal para ti mismo, ya que al tener tanta movilidad podrás chocarte directamente contra los enemigos venidos desde cualquier dirección.
Tendremos una pistola como arma principal, pero como es lógico, los power ups no se hacen de rogar, y aparecerán durante toda la aventura. Tendremos tres potentes armas a elegir entre los potenciadores que iremos encontrando: la M son misiles, la L son rayos láser, y la R son una son una especie de bolitas serpenteantes, esta sin duda es el mejor arma del juego por que atraviesa las paredes, con toda la ayuda que eso supone al poder matar enemigos fijos a las paredes de los niveles antes de tener que luchar de frente a ellos. Sin contar con power ups para subir la velocidad de nuestro personaje, la ayuda una especie de satélite que girará a nuestro alrededor que podrá evitar con suerte algún proyectil y a algún enemigo, y los power ups que dejarán los enemigos al destruirlo, que llenan una barra extra en la parte baja y que al presionar el botón A y B gasta parte de esta barra para crear una explosión que limpie la pantalla.
Como podéis leer tenemos armas suficientes para superar las 7 fábricas de Burais repartidas por el universo que no son más que los 7 niveles del juego y por supuesto con sus respectivo boss de final de fase. Aunque el juego en sí no es que sea demasiado largo, si que se alarga con las tres dificultades iniciales más una cuarta denominada «ULTIMATE» que se desbloquea al terminar el juego en la dificultad «ACE». El juego no es que sea excesivamente complicado, pero si que esta última dificultad puede poner en aprietos a cualquier jugador medio. Por suerte y para los que tengan tiempos ajustados, el juego dispone de un sistema de contraseñas sencillo para poder continuar el juego por el nivel y la dificultad que nos quedamos.
Como curiosidad, hay zonas que en un principio parecen inaccesibles, pero que si empujamos al personaje hacia ese lado de la pantalla en el momento preciso el scroll cambiará y podremos acceder durante un tiempo muy pequeño para poder explorar y recoger power ups, aunque como digo este tiempo puede ser tan corto que puede terminar con tu propia vida si no haces el recorrido por la zona en el tiempo y de la manera correcta.
Gráficamente cumple su cometido: tiene un uso del color muy bueno que da el ambiente que necesita este tipo de títulos de navecitas con monstruos mezclados con robots, aunque como en muchos juegos de la consola nipona de 8 bits, sufre de parpadeo durante gran parte del juego aunque sin ser de gravedad. En el apartado sonoro no destaca, pero si que acompaña de forma correcta con temas bien diferenciados y del rollo que uno se puede esperar en este tipo de juegos.
Con tanto power up y una movilidad con casi total libertad, el juego al final se hace quizás fácil para los amantes de los shmups, pero para iniciados y jugadores medios las dificultades ACE y ULTIMATE podrán ofrecer un reto muy divertido y alcanzable si le echan el tiempo necesario. Burai Figher es un título que se deja jugar, es divertido desde el primer segundo con una jugabilidad directa y bien llevada. Un título más que recomendable para todos los nuevos jugadores de matamarcianos y un paseo para los más expertos en la materia que nadie puede prescindir de jugar en la ya vieja NES.