Para muchos hoy World of Warcraft o WoW, es algo tan habitual en su vida como levantarse e ir a estudiar o trabajar, pero para mi acabó esa rutina hace nada menos que 9 años.
Recuerdo que empecé a jugar en un servidor no oficial llamado Comunidad Apocalipsis a principios de 2005, en este servidor no era obligatorio el roleo, pero mucha gente interpretaba su personaje al conocer a otros jugadores. Añadimos además que no había canales de general, ni de guild/clan ni nada parecido, la única manera de comunicarse con el resto era encontrarse y hablar tal cual, algo que no se hace en el juego original de manera habitual y por tanto el encontrarse o reunirse varios jugadores para charlar y hacer grupos «cara a cara» era una de las cosas más bonitas que tenía aquello pese a sus inconvenientes.
Esto provocaba que hubiese lugares en el que la gente se encontrase inevitablemente, y como un reflejo de la vida real misma, en esta ocasión todo esto ocurría en un cruce de caminos, en el juego era en un cruce entre las zonas de farmeo de experiencia de los personajes de nivel bajo en terreno humano: Goldshire o Villadorada, más concretamente en La Posada Orgullo de Leon.

En este cruce de caminos, que se antojaba como un chat improvisado entre jugadores, las tardes se pasaban entre charlas sentadas en el suelo o en las sillas de la posada, mientras los nuevos jugadores/as en una suerte de trance ante un nuevo mundo por conocer delante de sus narices, se encontraba ante unos cuantos jugadores de distintos niveles que simplemente charlaban sobre cosas banales y otros que interpretaban a sus personajes en una especie de rol, y hasta en algunas ocasiones acababan en peleas amistosas en un pvp que resultaba muy injusto de manera general. De vez en cuando, algún personaje horda de nivel alto, aparecía en escena sorprendiendo a todo el mundo, y acabando con todo el que podía, mientras otros huían a la ciudad para encontrar refuerzos si es que se encontraba alguien en ella que pudiese echarnos una mano. La enemistad entre ambos bandos y el miedo a encontrarse con un grupo de enemigos es algo que hoy es inexistente.

Más adelante pasamos a servidores oficiales y con ello todo esto casi desapareció: de quedar para charlas y conocer gente de manera espontánea, pasamos a formar clanes y charlar por Ventrilo o TS, de quedar con nuestros personajes para realizar duelos esporádicos, de repente sólo nos encontrábamos en las puertas de las mazmorras de «raids». Mientras tanto, de vez en cuando, en la absoluta soledad, volvía de vez en cuando a la posada para revivir aquellas experiencias, pero aquello ya se había esfumado.
Ivelias, el personaje que creé y que me apoda en la actualidad, se desconectó por última vez en agosto de 2008 mientras se encontraba sentado en aquella posada en la encrucijada del bosque. Algunas veces escucho una pequeña voz en mi interior que me pide que le abra los ojos a ese elfo nocturno y que vuelva a observar la luz de esa lumbre perpetua, pero parece que ese nuevo despertar nunca ocurrirá, supongo que para mantener los buenos recuerdos tal como están: inmutables.
En lo personal, creo que el WoW está mejor que nunca, las mazmorras, los personajes, la gente, está bastante bien.
El problema es cuando miramos al juego con las «gafas del pasado» y decimos cosas como: «que chulas eran las raids de 40», «en mis tiempos la montura se conseguía a nivel 60» o «lo que molaba era el Tier 1»
Con la última expansión han conseguido traer cosas del inicio del WoW para los nostálgicos (necesitas alcanzar cierta reputación o hacer ciertas misiones para acceder a alguna mazmorra) pero aun así, mucha gente se queja por alguna razón.
Mi conclusión es obvia, el WoW no puede volver a ser como era por que no puedes volver a tener 15 años, tener toda la tarde libre para jugar y tirar las horas sentado en Goldshire chateando.
En mi caso prefiero dejarlo como un buen recuerdo; como cuando Ivelias y Avarizia paseaban por el mundo de WoW antiguamente, o cuando podía escucharse un «PERO QUE HACES, NO VES QUE ES UN PUTO DRUIDA FERAL?» en alguna LAN party que hicimos en la época; y disfrutar del estado actual del juego, que no es para nada malo y la historia se hace muy interesante para los que nos gusta el género.
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Si te soy sincero, estoy bastante alejado de lo que ocurre en WoW en la actualidad y simplemente es por que tengo otros juegos en los que centrarme, y son casi todos offline.
Algo que es irrefutable es lo que comento: ese inicio del juego era completamente mágico, y era por el simple hecho del casi absoluto desconocimiento general, ahora se pueden encontrar guías de lo que quieras y más, además que hay una cantidad de veteranos abrumadora.
No considero que esto sea algo negativo en la actualidad, es todo lo contrario, pero si miramos desde el aspecto propio del artículo, afecta en gran medida.
No digo que ahora el juego sea mejor o peor, cada uno tiene su opinión al respecto, y la mía es que WoW me resulta algo muy alejado en el tiempo, no me genera interés, y además es un devorador de tiempo. Y como comentas, ya no tenemos 15 años =)
Un saludo amigo.
PD: El tier 1 no, pero la anathema/benediction era guapísima. Sino que se lo digan al Cabesa.
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